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La ecografía ginecológica es de ampliamente utilizada por los ginecólogos para evaluar el útero y los ovarios. Suele pedirse como parte de un exámen de rutina (control), o ante la sospecha de una patología.
Puede hacerse por dos vías:
Transabdominal: se emplea un transductor apoyado en el abdomen de la paciente y a través de este se realiza el examen de los órganos. Requiere para su correcta visualización de una adecuada preparación que consiste en llenar la vejiga de orina. Esto se logra tomando aprox. 1 a 1 y medio litros de agua 1 hora antes del estudio, o con retención urinaria de mas de 4 a 6 hs. Es de menor definición que la transvaginal, pero es de elección ante patología de gran tamaño y en pacientes que no han iniciado su actividad sexual.
Transvaginal: se emplea un transductor endocavitario que se introduce en la vagina con el uso de un preservativo para preservar la higiene y mejorar el campo visual. No requiere preparación previa y posee mas resolución que la anterior. No es doloroso y puede ocasionar una pequeña molestia durante el estudio que cede inmediatamente al finalizar el mismo. No puede realizarse en mujeres que no han iniciado actividad sexual.